Alejandro recibió un mensaje de texto en su teléfono que supuestamente provenía de su hijo en apuros, pidiendo ayuda con problemas de conexión y solicitando dinero con urgencia para un trabajo universitario y problemas con la aplicación del banco. Sin dudarlo, Alejandro envió hasta 55.000 euros en varias entregas a una cuenta bancaria proporcionada por el estafador. Resultó que su hijo era en realidad parte de una red criminal compuesta por 102 personas que han sido detenidas por la Guardia Civil en diferentes operaciones llevadas a cabo en varias provincias de España. Se les acusa de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal, habiendo defraudado a al menos 238 víctimas en la provincia de Alicante por un total de más de 850.000 euros.

Las denuncias comenzaron a surgir a finales de 2022 en la provincia de Alicante, todas con un modus operandi similar: los estafadores se hacían pasar por familiares en apuros que necesitaban dinero urgentemente debido a problemas técnicos con sus teléfonos. Establecían una conexión emocional con las víctimas antes de contar una historia ficticia que involucraba problemas financieros y la necesidad de ayuda inmediata. Con un alto poder de persuasión, lograban convencer a las víctimas de que realizaran transferencias de dinero a cuentas fraudulentas, incluso utilizando enlaces y aplicaciones móviles de pago para completar las transacciones.

El Equipo de la Guardia Civil de Alicante, especializado en delitos informáticos, llevó a cabo la operación Hiwaso para desmantelar la red criminal. Se encontraron más de 500 cuentas bancarias en varias entidades y más de cien líneas telefónicas registradas con identidades falsas. Los estafadores operaban en diferentes puntos de España y blanqueaban el dinero recibido a través de compras en comercios y retiros de efectivo en cajeros automáticos. Las detenciones se llevaron a cabo en varias fases en Granada, Málaga, Alicante, Valencia, Madrid, Barcelona y Girona, resultando en la captura de 74 hombres y 28 mujeres de entre 20 y 60 años, lo que se consideró un éxito en la desarticulación de la red delictiva.

El modus operandi de la red consistía en hacerse pasar por familiares en apuros, establecer una conexión emocional con las víctimas y pedirles dinero urgente mediante transferencias a cuentas bancarias fraudulentas. Los estafadores eran muy persuasivos y lograban convencer a las víctimas de repetir las transacciones varias veces, lo que les permitió estafar grandes sumas de dinero a múltiples personas. La investigación de la Guardia Civil logró rastrear las actividades de la red criminal y descubrir sus métodos de blanqueo de dinero, lo que llevó a la detención de más de cien personas involucradas en el esquema fraudulento.

Las detenciones se llevaron a cabo en diferentes fases en varias provincias de España, lo que permitió desmantelar la red criminal de manera efectiva. La magnitud de la operación y la coordinación entre las autoridades resultaron en la captura de numerosos miembros de la organización, poniendo fin a sus actividades delictivas. La Guardia Civil continuará investigando casos de estafas similares para prevenir futuros engaños y proteger a posibles víctimas de este tipo de fraudes, destacando la importancia de la concienciación y la precaución al manejar solicitudes de ayuda financiera de desconocidos.

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